Coaching: un laboratorio de aprendizaje
Coaching como crisol de aprendizajes, una herramienta conversacional que puede transformarnos de lo que somos a lo que podemos ser. Conoce nuevo proyecto.
Ganar en lo personal para crecer en lo profesional
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Creo en un servicio profesional de coaching que, desde el servicio a la persona, se ordene al beneficio y desarrollo personal.
Coaching como crisol de aprendizajes, una herramienta conversacional que puede transformarnos de lo que somos a lo que podemos ser. Conoce nuevo proyecto.
Cultiva tu disciplina con estas prácticas recomendaciones que nos hace Edith Gómez, colaboradora invitada en Haz y Aprende
¿Qué le ofrece un programa de coaching ejecutivo a tu empresa? ¡Conoce tres razones por las cuales vale la pena este tipo de acompañamiento personal! Descrubre lo que debes saber si contratarás a un coach ejecutivo para tu negocio.
¡No eres el único! A muchas personas el mundo digital, aunque nos presenta un gran número de ventajas, nos puede generar sensaciones de cansancio y hartazgo.
¡Conozco algunos que incluso experiementan una especie de “resaca” digital al saber que han sido añadidos a un nuevo grupo de whatsapp!
Considero que hay tres grandes razones que provocan esa experiencia de “malestar en la cultura digital”:
Pareciera que podríamos hacer muy pocas cosas: ¡pero hay diversas oportunidades a nuestro alcance!
Pero considero que estos puntos previos son posibles cuando uno realiza un acuerdo consigo mismo sobre el uso de la conectividad e interacción digital. La identidad, quién soy y quién quiero ser, debe ahora también responderse desde la #eradigital.
Espero que estas recomendaciones sean de utilidad para ti. No dejes de contarme si estableces alguna acción concreta en tu vida a partir de estas recomendaciones ¿Qué consideras que podrías hacer a partir de esta reflexión? ¡Lo que tu puedas implementar será lo más importante a realizar!
El mundo en el que vivimos, vertiginoso y demandante, nos tiene acostumbrados a la creencia resumida de que solo existen dos resultados posibles ante un desafío de nuestro entorno personal, familiar o profesional: ¡O ganas o pierdes!, ¡No hay más! parece decirnos, con fiereza, nuestro contexto.
Desde luego que a todos nosotros nos gustaría “ganar” en la vida; la mayoría de nosotros queremos alcanzar a superar nuestros desafíos, lograr nuestros anhelos. Y muy pocos escogerían, por sí misma, la derrota. Es muy cierto que en esta última hay muchas cosas que podemos aprender, pero nadie se siente a gusto, pleno y realizado en medio del fracaso. No es un estado emocional que nos brinde la puerta directa a la realización. Puede ser una llave, pero no en sí misma la entrada a la satisfacción personal.
Hoy quiero platicarte que en este mundo presionante que experimentamos sí existe una tercera opción en el escenario de las posibilidades ante nuestros logros: muchas veces es más conveniente declarar, a tiempo y con sabiduría, un empate ante ciertos desafíos, retos y expectativas.
Es cierto que cuando nadie gana, todos pueden hacerlo tarde que temprano. Acompáñame en esta reflexión.
Vamos a pensar en el ajedrez, el juego estrategia que ha acompañado a los seres humanos desde hace más de un milenio. El objetivo es claro: ¡derrotar al oponente conquistando su rey y defendiendo el nuestro a toda costa!
¡Pudiera pensarse que es sencillo, pero pocas disciplinas mentales exigen tanta concentración, autoconocimiento, y proactividad por parte de un jugador! Cada movimiento puede acercarnos o alejarnos del objetivo, la estrategia es vitalmente milimétrica para aprovechar la ventaja y hacerse con el triunfo por encima del oponente.
En este juego, de rivalidad confirmada, existe la posibilidad del empate. No solo se gana o se pierde. Cuando no puede avanzarse, o en el momento en que se pierden las fuerzas necesarias, o tal vez en el instante donde no hay posibilidad de avanzar ni de ser formalmente atacado, los jugadores pueden acordar, con la venia de los jueces y la regla de competencia que se implemente, unas merecidas “tablas”.
Decisión salomónica que brindará a cada jugador medio punto, que viene a ser mejor que nada dentro de una competencia en regla. En épocas más antigüas, un empate en el juego equivalía a un nuevo intento posterior para lograr un desenlace con victoria. La partida tenía que repetirse: ¡buena analogía de lo que hoy deseo expresarte!
Consideremos que estás en búsqueda de un objetivo determinado. Lo has perseguido con todas tus fuerzas, durante mucho tiempo has intentado diversas estrategias sin alcanzar el apreciado éxito. Por muy variadas razones, internas y/o externas, no te ha sido posible alcanzar lo que buscas con esmero y estás, francamente, perdiendo la paciencia. Sabes que si continuas empujando acabarás en el despeñadero. Pero te sientes tentado a hacerlo pues te han dicho que solo hay dos alternativas: ¡o ganas y alcanzas tu gloria, o pierdes y saboreas la tierra en tu rostro!
Declarar un empate contigo mismo y con tu desafío, haciéndolo a tiempo sin consumir todas tus fuerzas y todas tus energías, puede representar no un premio de consolación sino un respiro. Declarar un empate significaría asumir que por ahora, en este momento, por diversas razones no te es posible continuar. No es un abandonar, no es como tal una derrota. Por que el objetivo habrá de seguir, firme en tu mira. Es una pausa posible para recuperar motivación y con renovadas fuerzas acometer, en una batalla final, lo que anhelas aún a costa de tus resistencias, zonas de confort o dudas más profundas.
La alternativa que te propongo entender ahora, desde tu interior, es que decirte a ti mismo que “por ahora no” es completamente diverso a afirmar un “nunca será para mí”.
Declarar un empate en este sentido no es “procastinar”. Afirmar que en este instante no te es posible continuar, no es derrotarte a ti mismo pues solo se trata de suspender la posibilidad del triunfo por una temporalidad determinada, y sin saborear la derrota definitiva, comprender que tu momento puede lograrse después. Que esta pausa era necesaria, es parte del propio camino de aprendizaje en el que te encuentras.
Cuando uno revisa una de las principales características de personalidad que está presente en los “emprendedores” actuales aparece, sin que haya controversia en ello, la tolerancia a la frustración y la perseverancia ante los objetivos planteados. Hablamos entonces de la capacidad de postergar, durante un cierto tiempo, la gratificación que se produce internamente ante el logro de objetivos determinados.
Saber esperar, el mejor momento, para tomar la cresta de la ola es una gran virtud de quienes se dedican a montar el mar en sus respiraciones y exhalaciones. ¡De ellos podemos aprender!
Algunos le dicen “timing”, a declarar sabiamente un empate; aprender a reconocer y aprovechar el mejor momento, tal vez el único instante, en el que podemos, haciendo gala de nuestras fuerzas y posibilidades, alcanzar lo que nos hemos propuesto. Decir “ahora no”, para mañana poder decirnos, con logro y satisfacción profunda, “ahora sí”.
La próxima semana continuaré con esta reflexión, planteando algunas pautas que te permitirán reconocer el momento de declarar, sin temor ni reserva, un empate con tus propios retos y desafíos. Un “stand by” que te facilite hacer acopio de recursos internos y oportunidades del contexto para finalmente ganar en la partida de tu vida.
Por ahora, te dejo de tarea pensar lo siguiente: ¿En qué aspectos de mi vida personal, familiar y profesional convendría declarar un empate? ¡Nos leemos pronto!Registra puntualmente tus ideas; construye una Cartera de Creatividad. Identifica los momentos en que logras conectar tus metas y tus actividades.
Tanto si quieres convertirte en life coach como si quieres contratar un servicio de coaching, debes conocer esta información sí o sí. ¡Descubre la verdad sobre el Life Coaching!
Es una realidad que todos los seres humanos nos comunicamos. Queramos o no hacerlo. Sin embargo, expresar una idea no significa que quien la escuche será capaz de comprenderla y darle el contexto adecuado.
Pensar que hablar tiene por consecuencia la comprensión de uno mismo, o de quien nos escucha, es un error que deriva en múltiples situaciones incómodas y en considerables oportunidades perdidas.
Para asegurar tu mensaje no solo es relevante tener claridad en lo que deseas expresar sino que debes considerar, con dedicación y cuidado, cómo presentarás y entregarás eso que deseas compartir.
Los mensajes, sobre todo en un siglo tan ruidoso como el nuestro (donde la distracción es la enemiga a vencer), deben articularse desde la interacción y la retroalimentación con quien recibe lo que preparamos.
A los náufragos les servía de consuelo lanzar su mensaje, en una botella, a recorrer el mundo. La efectividad probablemente brilló por su ausencia, y no buscaban, me parece más que dejar constancia de lo que les había ocurrido. Nosotros podemos, y tenemos todo para hacerlo, asegurar nuestro mensaje buscando la efectividad no la simple constancia de que hemos expresado algo.
Para asegurar tu mensaje será necesario seguir una ruta específica, una serie de pasos que pueden ayudarte a ser más eficaz en tu comunicación. Esta ruta que ahora te comparto no es la única alternativa en el horizonte, si reflexionas sobre tu propio estilo y personalidad es posible que te animes a hacer alguna adecuación. ¡Adelante! Yo solo compartio ahora algunas ideas para encontrar la ruta que brinde los pasos iniciales.
1. Identifica con precisión lo que deseas expresar. ¿Una idea o pensamiento? ¿Un sentimiento o una emoción? ¿Una situación ya ocurrida sobre la que es necesario emprender una acción particular? ¿Una situación venidera sobre la que debe efectuarse algún tipo de preparación?
2. Considera las características de tu interlocutor. ¿Es una persona cercana en lo familiar? ¿Se trata de una amistad? ¿Algún colaborador del ámbito profesional? ¿Es un cliente? Entre mayor conocimiento tengas del interlocutor, más fácil te será encontrar una manera de expresar lo que deseas comunicar.
3. Analiza la motivación que está oculta en lo que deseas comunicar. ¿Qué esperas que suceda con lo que quieres compartir? ¿Requieres una respuesta o acción concreta de tu interlocutor? ¿Solo buscas informar a alguien sobre algo o deseas que tu información y mensaje implique un cambio en quien te escucha?
4. Diseña el contexto más adecuado para transmitir el mensaje. ¿En qué lugar o momento consideras que tu mensaje tendría un mejor impacto? ¿Cuándo sería oportuno comunicar tu mensaje? ¿Qué haría inoportuno el mensaje? ¿Qué apoyos puedes proporcionarle al mensaje? ¿A qué obstáculos estás expuesto al comunicar lo que deseas compartir?
5. Construye versiones diversas para expresar una misma idea, ensaya y selecciona la mejor. ¿Cuál sería la peor manera de expresar lo que quieres compartir? ¿Cuántas formas de expresar el mensaje podrías generar? ¿Qué te haría pensar que has comunicado bien? ¿Cuáles señales te permitirían saber que has logrado tu objetivo?
6. Brinda espacio a la retroalimentación que pueda darte tu interlocutor. ¿Qué te ha dicho sobre tu mensaje? ¿Cuáles partes del mensaje sí han quedado claras? ¿Requieres precisar algo más? ¿Si no has sido claro qué necesitarías replantear?
¡A través de un proceso de acompañamiento personal puedes descubrir cómo decir aquello que deseas expresar del mejor modo posible!
Podemos iniciar un proceso de life-coaching para ayudarte a descubrir la mejor forma que tienes para comunicar de manera asertiva lo que deseas expresar.
¡He vuelto después de algunos días fuera! Logré en las últimas semanas, dentro del itinerario de viaje, dedicar algunos momentos a buscar nuevos tesoros dentro de diversas librerías, en diferentes ciudades; mi objetivo era encontrar textos que aportaran novedades que sean de utilidad para robustecer mis conferencias, presentaciones y talleres.
Hoy con alegría te comparto los resultado de mis pesquisas. Podrás ver la imagen de portada, la referencia bibliográfica y las etiquetas principales que me ayudan a clasificar de mejor forma los textos para el aprovechamiento en mis actividades.
MARTÍNEZ OTERO, Juan., Tsunami digital hijos surferos. Guía para padres que no quieren naufragar en la educación digital., Ed. Freshbook (Editorial Creo)., España., 2017., p. 138. ISBN: 978-84-945751-1-2
MULDOON, Tim & Sue., Lo sagrado en la vida diaria. Seis reglas para una espiritualidad de la familia., Trad. Milton Elliot Jensen., Ed. Mensajero., España., 2013., p.137., ISBN: 978-84-271-4171-1.
PÉREZ DE LAS HERAS, Mónica., Escribe, habla, seduce., LID Editorial., España., 2013., p. 229., ISBN: 978-84-83567-135.
MARTÍNEZ, Sébastien., Una memoria infalible., Trad. María Valeria Di Battista., Ed. Zenith., España., 2018., p. 165., ISBN: 978-84-08-18095-1
SASTRE, Antonio., Claves antropológicas del cambio en las organizaciones., Cuadernos Empresa y Humanismo., Servicio de publicaciones de la Universidad de Navarra., España., 2018., p. 92., ISBN: 978-84-8081-593-2
Conoce aquí otras recomendaciones de textos que he realizado en el blog, para #Coaching ver aquí y aquí; para #Comunicadores, ver aquí; sobre #eradigital, ver aquí .
En cuanto pueda ir sacando el mayor provecho que ofrece cada texto, te compartiré una breve nota que sea de utilidad por si te interesa también incrementar el inventario personal de textos que sumen valor a tus temas y conferencias.